Que es el tdah

 

El trastorno por déficit de atención ó hiperactividad, abreviado como (TDAH) es uno de los trastornos mentales más comunes que afectan a los niños. Entre los síntomas más comunes del TDAH incluyen, falta de atención (imposibilidad de mantener la concentración), hiperactividad (movimiento excesivo) e impulsividad (actuar sin pensar).

El TDAH está considerado como un trastorno crónico y debilitante, que afecta al individuo que lo padece en muchísimos aspectos de su vida, como por ejemplo, aspectos académicos y profesionales, relaciones interpersonales y el funcionamiento de la vida diaria en general.

El TDAH puede derivar en una baja autoestima y disfunción social en los niños cuando no se trata adecuadamente. Los adultos con TDAH, también pueden presentar bajos niveles de autoestima, sensibilidad hacia la crítica y un mayor nivel de autocrítica. Es necesario resaltar que, la presencia y evaluación del TDAH en adultos, es muy diferente a cuando se da en niños; en este artículo vamos a centrarnos en los niños.

Actualmente, se estima que el 8,4 % de los niños y el 2,5 % de los adultos tienen TDAH. El TDAH es normalmente identificado por primera vez en niños en edad escolar, cuando se dan interrupciones en el aula o problemas con el trabajo escolar. Es diagnosticado con más frecuencia en niños que en niñas, debido a las diferencias en la forma en que se presentan los síntomas. Sin embargo, esto no significa que los niños sean más propensos a tener TDAH. Los niños tienden a presentar hiperactividad y otros síntomas externalizantes, mientras que las niñas tienden más a un perfil de inactividad.

Síntomas y Diagnóstico del TDAH

Muchos niños pueden tener dificultades para quedarse quietos, esperar su turno, prestar atención, estar inquietos y actuar impulsivamente. Sin embargo, los niños que cumplen con los criterios diagnósticos de TDAH difieren en que sus síntomas de hiperactividad, impulsividad, organización y/o falta de atención son notablemente mayores de lo esperado para su edad o nivel de desarrollo. Estos síntomas conducen a un sufrimiento significativo y causan problemas en el hogar, la escuela o el trabajo, y en las relaciones. Los síntomas observados no son el resultado de que un individuo sea desafiante o no pueda comprender tareas o instrucciones.

Hay tres tipos principales de TDAH:

  • De tipo falta de atención y distracción.
  • De tipo impulsivo/hiperactivo.
  • De tipo combinado.

El diagnóstico se basa en la presencia de síntomas persistentes que se han producido durante un período de tiempo y se han notado durante los últimos seis meses. Si bien el TDAH se puede diagnosticar a cualquier edad, este trastorno comienza en la niñez. Al considerar el diagnóstico, los síntomas deben estar presentes antes de que el niño tenga 12 años y deben haber causado dificultades en más de un entorno. Por ejemplo, los síntomas no solo pueden ocurrir en el hogar, deben darse también en la escuela.

TDAH del tipo: Falta de atención y distracción.

La falta de atención se refiere a los desafíos que se presentan para mantener la atención o concentración en la tarea que se está llevando a cabo, o también la incapacidad de concentrarse y organizarse de forma adecuada. Para un diagnóstico de este tipo de TDAH, se presentan con frecuencia seis (o cinco para personas mayores de 17 años) de los siguientes síntomas:

  • No presta mucha atención a los detalles o comete errores por descuido en las tareas, tanto escolares como laborales.
  • Tiene problemas para concentrarse en tareas o actividades, como durante conferencias, conversaciones con otras personas o lecturas largas.
  • No parece escuchar cuando se le habla (es decir, parece estar en otro lugar).
  • No sigue las instrucciones y no completa el trabajo escolar, las tareas domésticas o los deberes laborales (puede comenzar las tareas pero pierde rápidamente el enfoque).
  • Tiene problemas para organizar las tareas y el trabajo (por ejemplo, no administra bien el tiempo, tiene el trabajo desordenado y desorganizado, no cumple con los plazos de entrega).
  • Evita o le disgustan las tareas que requieren un esfuerzo mental más sostenido en el tiempo, como por ejemplo preparar informes o completar formularios.
  • A menudo pierde cosas necesarias para las tareas o la vida diaria, como papeles escolares, libros, llaves, billetera, teléfono celular y anteojos.
  • Se distrae con facilidad.
  • Se olvida de las tareas diarias, como hacer los quehaceres de casa y hacer pequeños recados. Los adolescentes mayores y los adultos pueden olvidarse de devolver llamadas telefónicas o pagar facturas.

TDAH del tipo: Impulsivo/hiperactivo.

Cuando hablamos de hiperactividad nos referimos al movimiento excesivo, inquietud, exceso de energía, o no quedarse quieto y hablar en exceso. La impulsividad está más relacionada con la toma de decisiones o acciones sin pensar en las consecuencias. Para diagnosticar este tipo de TDAH, se han de presentar con frecuencia, seis (o cinco para personas mayores de 17 años) de los siguientes síntomas:

  • Mueve o da golpecitos con las manos o los pies de forma, o se retuerce en el asiento.
  • Habla demasiado.
  • No puede permanecer sentado (en clases, o en el lugar de trabajo).
  • Corre o trepa donde no debe.
  • Incapaz de jugar o hacer actividades de ocio tranquilamente.
  • Siempre  actua “sobre la marcha”, como impulsado por un motor. Suelta una respuesta antes de que se haya terminado una pregunta (por ejemplo, puede terminar las oraciones de las personas, o no puede esperar su turno para hablar en las conversaciones).
  • Tiene dificultad para esperar su turno, como cuando se espera en una fila.
  • Interrumpe o se entromete con los demás (por ejemplo, interrumpe conversaciones, juegos o actividades, o comienza a usar las cosas de otras personas sin pedir previo permiso). Los adolescentes mayores y los adultos pueden hacerse cargo de lo que hacen los demás.

TDAH del tipo: Combinado.

Este tipo de TDAH se diagnostica cuando se cumplen ambos criterios para los tipos de falta de atención/distracción e hiperactivo/impulsivo.

Las causas del TDAH

Los científicos aún no han identificado las causas específicas del TDAH. Si bien existe una creciente evidencia de que la genética contribuye al TDAH y varios genes se han relacionado con este trastorno, no se ha identificado ningún gen o combinación de genes específicos como que estén relacionados directamente con la aparición de este trastorno.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que los familiares de las personas con TDAH a menudo también se ven afectados. Existe evidencia de diferencias anatómicas en los cerebros de los niños con TDAH en comparación con otros niños sin la afección. Por ejemplo, los niños con TDAH tienen un volumen reducido de materia cerebral gris y blanca y demuestran una activación de regiones cerebrales diferente durante ciertas tareas (Estudio Pliszka, 2007).

Otros estudios han indicado que los lóbulos frontales del cerebro se ven afectados en el TDAH (Estudio Tripp & Wickens, 2009). Alguno factores  de carácter no genético, también se han relacionado con este trastorno, como el bajo peso al nacer, el parto prematuro, o la exposición a toxinas (alcohol, tabaco, plomo, etc.) durante el embarazo y el estrés extremo durante el embarazo.

Tratamiento del TDAH

El tratamiento del TDAH generalmente abarca una combinación de terapia e intervención con medicamentos. En niños en edad preescolar y más pequeños, el enfoque de primera línea recomendado incluye estrategias conductuales en forma de capacitación en el manejo de los padres e intervención escolar. La terapia de interacción entre padres e hijos (PCIT, por sus siglas en inglés) es una modalidad de terapia basada en la evidencia para ayudar a los niños pequeños con TDAH y trastorno negativista desafiante.

Muchos niños y familias pueden alternar entre varias opciones de medicamentos según la eficacia del tratamiento y la tolerabilidad del medicamento. El objetivo del tratamiento es mejorar los síntomas para restaurar el funcionamiento normal, tanto en el hogar como en la escuela.

TDAH en los niños en edad escolar

Tanto los maestros como el personal de la escuela pueden proporcionar información a los padres y médicos para ayudar a evaluar los problemas de comportamiento y aprendizaje y pueden ayudar con el entrenamiento conductual del niño. Sin embargo, el personal de la escuela no puede diagnosticar el TDAH, tomar decisiones sobre el tratamiento o exigir que un estudiante tome medicamentos para asistir a la escuela. Solo los padres y tutores pueden tomar esas decisiones con el médico clínico del niño.

Los estudiantes cuyo TDAH afecta su aprendizaje pueden calificar para educación especial bajo la Ley de Educación para Individuos con Discapacidades en aquellos países en los que esté presente . Los niños con TDAH pueden beneficiarse de la instrucción en habilidades de estudio , cambios en la configuración del aula, técnicas de enseñanza alternativas y un currículo modificado y adaptado a sus capacidades y necesidades.

TDAH en los adultos

Muchos niños diagnosticados con TDAH seguirán teniendo comportamientos típicos del trastorno a lo largo de su vida, y pueden mostrar deficiencias que requieran de un tratamiento continuo. Sin embargo, en muchas ocasiones, se pasa por alto el diagnóstico de TDAH durante la infancia. Es por eso que muchos adultos con TDAH no se dan cuenta de que tienen el trastorno.

Una evaluación integral, generalmente incluye una revisión de los síntomas pasados (durante infancia y adolescencia) ​​y actuales, un examen y antecedentes médicos, y el uso de escalas o estándares de calificación o listas de verificación para adultos con TDAH. Los adultos con TDAH se tratan con medicamentos, psicoterapia o una combinación de ambas cosas. Las estrategias de manejo del comportamiento, como por ejemplo las formas de minimizar las distracciones o aumentar la capacidad de organización, y el apoyo del resto de miembros de la familia, son especialmente útiles.