La empatía es una de las habilidades socio-emocionales más importantes que tu hijo puede adquirir. Enseñar el concepto de empatía a los niños les ayuda a comprender y preocuparse por los demás. También les conduce, de alguna manera, a tener relaciones sociales más sanas, tanto ahora como en el futuro.
Si te preocupa que tu hijo no piense en cómo se sienten los demás, no te preocupes. La empatía es una habilidad que se puede enseñar y practicar. En este artículo, vamos a enseñarte por qué y cómo puedes ayudar a tu hijo a ser una persona más empática.
¿Qué es la empatía?
La empatía es la capacidad de comprender los sentimientos y la perspectiva de otra persona. Es un concepto totalmente diferente al de compasión, que es simplemente una sensación de lástima por otra persona.
Para que entiendas la diferencia, vamos a detallar un ejemplo rápido:
Cuando eres compasivo con alguien, podrías decir: «Siento mucho que tu perro haya muerto». Pero si eres empático con esa persona, podrías decir: «Debes de haberlo pasado muy mal con la muerte de tu perro».
Aunque la diferencia pueda parecer sutil, la compasión es cuando te sientes mal por alguien, mientras que la empatía es cuando comprendes cómo se siente la otra persona.
La empatía requiere de cierto grado de imaginación y toma de perspectiva. Para desarrollarla, tienes que ser capaz de ver las cosas desde el punto de vista de la otra persona y pensar en cómo te sentirías en esa misma situación.
¿Por qué es importante enseñar empatía a nuestros hijos?
Cuando tu hijo aprende a ponerse en la piel de otra persona y ver el mundo a través de sus ojos, suceden cosas muy positivas. Aquí puedes ver algunos de los beneficios más importantes que tu hijo experimenta a medida que se vuelve más empático:
- Mejora de las relaciones con familiares, amigos y compañeros de clase.
- Adquiere una mayor capacidad para resolver conflictos.
- Afianza un sentido más fuerte de autoconciencia.
- Posee mayores niveles de cooperación.
- Desarrolla la habilidad para hacer amigos más fácilmente.
Además, la empatía puede afectar significativamente al éxito de tu hijo durante toda su vida. Los adultos empáticos tienden a tener más exito en sus respectivas carreras profesionales. Son mejores líderes y, además, toman más y mejores decisiones.
La empatía es fundamental. Sin embargo, no es una habilidad que se dé de forma natural en los niños pequeños. A esta edad, los niños son inherentemente egocéntricos. Tienden a pensar solo en sí mismos y en sus propias necesidades, sin pensar en cómo su comportamiento impacta en los demás. Esto es perfectamente normal en esas edades.
Lo bueno de todo esto es que, como padres, podéis ayudar a vuestros hijos a comprender cómo se sienten los demás. Para ayudarles con esto, os mostraremos cinco formas diferentes en las que puede ayudar a los niños a ser más empáticos.
Estrategias para enseñar empatía a los niños
1) Hablar acerca de los sentimientos
Intenta que las conversaciones sobre los sentimientos sean una parte regular de tu cultura familiar desde una edad temprana. Cuando haces esto, ayudas a tu hijo a ser más consciente de sus propias emociones y de las emociones de los demás.
Puedes comenzar hablándole sobre tus sentimientos, usando términos simples para describir tus emociones, como por ejemplo, “Me siento feliz” o “Me siento cansado”. Usa un lenguaje apropiado para su edad, cuando son más pequeños es mejor usar frases cortas y directas.
A medida que crecen un poco, puedes ayudarles a comprender mejor las emociones más complejas con frases como “Me siento un poco frustrado porque no puedo resolver este puzzle”.
También puedes hablar de las emociones que ves en los demás. Podrías decirle: “La abuela está algo triste, me pregunto por qué.» Luego, puedes pedirle a tu hijo su opinión. Esto les ayuda a darse cuenta de que el resto de personas que están a nuestro alrededor también tienen sentimientos.
Además de hablar sobre tus propios sentimientos y los sentimientos de los demás, prueba a preguntarle a tu hijo cómo se encuentra. Escucha lo que dice y no invalides sus sentimientos ni le digas que no debería sentirse de cierta manera. En su lugar, simplemente escúchale y ofrécele apoyo.
Además, evita buscar formas de “arreglar” el problema o las emociones de tu hijo, ya que esto también puede invalidar sus sentimientos. Si quieren sugerencias, ese puede ser el siguiente paso, pero deja que pregunte primero.
Al hablar de emociones con tu hijo o hija, no te asustes de aquellas que son «más intensas». Tu hijo necesita aprender que está bien sentirse enfadado o triste de vez en cuando. No hay necesidad de endulzar las conversaciones.
Cuanto más escuches a tu hijo sobre diferentes emociones, mejor será para el poder identificarlas en sí mismo y en los demás.
2) Usar juegos de roles
Los juegos de roles son un tipo de juego de simulación que permiten a los niños explorar diferentes emociones y situaciones. Es una excelente manera de ayudarles a comprender cómo se pueden sentir otras personas en diversas circunstancias.
Cuando hagas un juego de roles, anima a tu hijo a que se imagine cómo se podría sentir otra persona. Pregúntale qué haría si estuviera en la posición de esa persona.
Puedes representar diferentes escenarios con tu hijo; una buena manera de empezar podría ser elegir eventos simples de su infancia.
Por ejemplo, imagina que ambos estáis en el parque; uno de vosotros es el niño que acaba de ser empujado de los columpios por otro niño y la otra persona es el espectador empático que viene a ayudar. Una vez que hayas establecido los roles, dile a tu hijo que se imagine cómo se siente. Esto le enseñará a tomar conocimiento de sus propios sentimientos y aplicarlos a otra persona.
Si tu hijo no está muy seguro de qué hacer, cambia los roles. Mientras juegas el papel del espectador empático, puedes modelar cómo se ve prestar atención a las necesidades de los demás.
También puedes usar marionetas o animales de peluche para representar diferentes escenas. Esto puede ser útil si tu hijo es algo tímido o tiene problemas para ponerse en el lugar de otra persona.
3) Identificar sentimientos en libros e imágenes
Los libros son una excelente manera de ayudar a los niños a comprender la empatía. Por ello, leer juntos puede abrir un nuevo mundo de reflexión y charla sobre las habilidades socio-emocionales.
Mientras lees, señala las diferentes emociones que experimentan los personajes. También puedes preguntarle a tu hijo cómo cree que se sienten los personajes buscando pistas en las imágenes.
A lo largo de la historia, habla sobre cómo los sentimientos de los personajes cambian con el tiempo. Esto les ayuda a comenzar a pensar en cómo se pueden sentir los demás en diferentes situaciones.
4) Elógialo
Cada vez que tu hijo muestre empatía hacia los demás, elógialo específicamente por sus esfuerzos. Por ejemplo, si ves a tu hijo compartiendo sus juguetes con un amigo, dile lo orgulloso/a que estás de sus acciones. Aplica el refuerzo positivo.
Explícale a tu hijo que debido a que él fue capaz de tener en cuenta los sentimientos de su amigo, hicieron que ese amigo se sintiera más feliz. Este refuerzo positivo les ayuda a darse cuenta de que sus acciones son valoradas. También les motiva a ser más empáticos en el futuro.
En general, trata de ofrecer más elogios que críticas. Y sorprende a tu hijo mostrando empatía con la mayor frecuencia posible, así servirás tú también como un buen modelo de conducta.
Cuando los niños llegan a reconocer, de primera mano, cómo sus acciones pueden marcar la diferencia en la vida de otra persona, empiezan a comprender de manera más profunda el concepto de la empatía.
5) Mantén tus expectativas de empatía acorde a su edad
Los niños pequeños no son conocidos por ser empáticos. A esta edad, es natural que se preocupen más por sí mismos. Sin embargo, esto no significa que no debas comenzar a enseñarles este concepto cuando son pequeños. Simplemente significa que debes ser realista acerca de lo que puedes esperar de ellos a esta edad tan temprana.
Por ejemplo, si tu niño pequeño está teniendo una rabieta, no esperes que deje de gritar para tratar de entender cómo le hace sentir su comportamiento. En su lugar, intenta ayudarles a manejar sus propias emociones.
No se puede esperar que los niños que no entienden sus propios sentimientos comprendan los sentimientos de los demás. Por lo tanto, ayudar a tu hijo a desarrollar la autoconciencia es un primer paso muy importante para enseñarle a ser empático.
A medida que los niños crecen, su capacidad de empatía aumenta. Cuando comienzan el colegio, la mayoría de los niños empiezan a comprender y empatizar con los sentimientos de sus compañeros de clase.
Llegados a esta edad, empezarás a ver cómo ellos mismos son conscientes de cómo sus acciones puede afectar a los demás. También puedes enseñarles habilidades específicas para manejar emociones y manejar conflictos.
Pero recuerda que los niños son niños. No van a ser perfectamente empáticos todo el tiempo. Al igual que los adultos, tendrán días buenos y días malos.
Lo importante es seguir animándolos a pensar en los sentimientos de los demás y ser amables. Mejorarán cada vez más su empatía con los demás cuanto más practiquen. Enseñar empatía a los niños no es algo que puedas hacer una vez y terminarlo el mismo día. Se necesita tiempo y paciencia.
Este largo proceso comienza ayudándoles a comprender sus propios sentimientos. A medida que crezcan, serán cada vez más capaces de empatizar con los demás. Y, a medida que se vuelvan personas más empáticas, harán del mundo un lugar más amable y mejor para todos.
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