Hoy en día, con tanta abundancia de información disponible en la red, puede parecer que no hay una respuesta clara sobre cómo enseñar a leer a un niño. Como padre o madre ocupada, es posible que, incluso, no tengas tiempo para ponerte a contrastar la gran cantidad de opiniones contradictorias que hay escritas en infinidad de webs y blogs.
Es por eso que hemos decidido escribir este artículo. Cuando se trata de enseñar a los niños a leer, hay algunos elementos clave, y hemos querido reunir nueve consejos efectivos para ayudarte a aumentar las habilidades de lectura y la confianza de tu hijo.
Estos consejos son simples, por lo que podrán adaptarse fácilmente a tu estilo de vida y, además, te ayudarán a desarrollar habilidades de lectura fundamentales mientras te diviertes con tu hijo.
Consejos sobre cómo enseñar a un niño a leer
1) Concéntrate en los sonidos de las letras más que en los nombres de las letras
De pequeños, solíamos aprender que la «b» es de «barco». Pero cuando pronunciamos la palabra barco, suena muy diferente a pronunciar la letra B sola. Y esto puede resultar muy complicado para que la mente de un niño lo entienda.
En lugar de centrarnos en los nombres de las letras, recomendamos enseñarles primero los sonidos asociados con cada letra del alfabeto. Por ejemplo, podríamos explicarles que la letra B hace el sonido /b/ (pronunciándola tal como suena cuando decimos la palabra barco en voz alta).
Una vez que los niños logran establecer un vínculo fuerte entre las letras y sus sonidos, pueden comenzar a pronunciar palabras cortas. Conocer los sonidos de M y A, le permite a un niño pronunciar la palabra MAMÁ.
A medida que vamos aumentando la cantidad de letras y sonidos relacionados, también aumenta la cantidad de palabras que tu hijo puede pronunciar.
Ahora bien, ¿significa esto que si tu hijo relaciona ya los nombres de las letras con las palabras, no aprenderá a relacionar los sonidos y las letras ni aprenderá a leer? ¡Por supuesto que no!
Simplemente recomendamos este proceso como un método de aprendizaje que puede ayudar a algunos niños a pasar de los sonidos de las letras a las palabras.
2) Comencemos con las letras mayúsculas
¡Practicar cómo escribir las letras es mucho más fácil cuando todas son únicas y diferentes! Es por eso que, de forma general, tanto en el colegio como en casa, siempre se enseña primero las letras mayúsculas. A pesar de esto, hay muchísimos métodos diferentes, nosotros solo nos centramos en este.
Aunque las letras minúsculas son el formato más común para las letras, las letras mayúsculas son más fáciles de distinguir entre sí y, por lo tanto, más fáciles de identificar.
¡Piénsalo! Las letras minúsculas “b” y “d” se parecen muchísimo. Pero las mayúsculas «B» y «D» son mucho más fáciles de distinguir. Por esta razón, comenzar con las letras mayúsculas ayudará a tu hijo a comprender los conceptos básicos de la identificación de letras y, posteriormente, facilitará su aprendizaje de la lectoescritura.
Para ayudar a tu hijo a aprender las letras mayúsculas, hay estudios que afirman que involucrar su sentido del tacto puede ser especialmente útil. Si quieres probar esta opción, puedes hacerte con un poco de papel texturizado (como papel de lija o papel maché) y recortar las formas de las letras mayúsculas.
Pídele a tu hijo que ponga las manos detrás de la espalda y luego pon la carta sobre sus manos. Un juego divertido puede ser el de usar su sentido del tacto para adivinar qué letra tiene en la mano. Las letras magnéticas son también una excelente opción para este tipo de actividades y, además, puedes colocarlas en la nevera para que cuando pase por ahí, siempre las vea.
3) Incorpora la fonética
Las investigaciones han demostrado que los niños con una sólida formación en fonética (relación entre los sonidos y los símbolos) tienden a convertirse en mejores lectores a largo plazo.
Un enfoque fonético de la lectura le muestra al niño cómo leer letra por letra, sonido por sonido, combinando los sonidos a medida que avanza para leer palabras que, el niño (o el adulto) aún no ha memorizado.
Una vez que los niños desarrollan un cierto nivel de automatización, pueden pronunciar palabras casi instantáneamente y solo necesitan emplear la decodificación con palabras más largas. La fonética se enseña mejor de forma explícita, secuencial y sistemática.
4) Háblale mucho
A pesar de que hablar generalmente se considera una habilidad independiente, esto no es completamente cierto. Tu hijo es como una esponja y está absorbiendo todo, todo el tiempo, incluidas las palabras que dices (y las que desearías no haber dicho nunca, también).
Hablar con tu hijo con frecuencia e involucrar tus habilidades para escuchar y contar historias puede aumentar su vocabulario.
Hablar con tu hijo también puede ayudarle a formar oraciones, familiarizarse con nuevas palabras y su uso, así como a aprender a deducir palabras por contexto cuando alguien está hablando sobre algo de lo que tal vez no sepa mucho.
Todas estas habilidades son extremadamente útiles para tu hijo en su viaje hacia la lectura. Además, hablar os brinda a ambos la oportunidad de compartir y crear momentos que quedarán guardados para siempre en tu recuerdo.
5) No lo fuerces
Leer debe estar relacionado con divertirse y explorar el mundo (ya sea real o imaginario) a través de textos, imágenes e ilustraciones. Cuando nuestro hijo se ponga a leer, es preferible que se encuentre relajado y concentrado en lo que está aprendiendo, más que meterse en una sesión estresante después de un largo día en el cole.
Estamos ya en la mitad de la lista y queremos recordarte, amablemente, que tu hijo no debe sentir ningún tipo de presión cuando se trata de leer, ¡y tú tampoco!
Aunque la consistencia siempre es útil, recomendamos siempre, centrarse en la calidad sobre la cantidad. Quince minutos podría parecer poco tiempo, pero los estudios han demostrado que sólo 15 minutos de lectura al día pueden aumentar el aprendizaje de lectura temprana en casi un 75 %, y eso es más que suficiente.
También puede llevarnos algo de tiempo dar exactamente con el material de lectura ideal para mantenerlo interesado y comprometido con el aprendizaje. Si no es divertido, alegre y placentero para tu hijo, olvídate y prueba algo nuevo.
6) Practica la lectura compartida
Mientras lees con tu hijo, considera pedirle que te repita palabras u oraciones de vez en cuando mientras lo sigues con el dedo.
No hay necesidad de detener su lectura por completo si tiene dificultades con una palabra en particular. Un recordatorio, de forma cariñosa, de lo que significa la palabra o cómo se pronuncia, es más que suficiente.
Otra opción es dividir el tiempo de lectura en voz alta. Para niños que se están iniciando, puede leer una línea y luego pedirles que lean la siguiente. Para los niños algo mayores, y más acostumbrados a leer, es beneficioso leer una página y dejar que lean la siguiente.
¡Hacer esto ayuda a tu hijo a sentirse capaz y confiado, lo cual es importante para alentarlo a leer bien y de manera constante!
Esta técnica también hará que tu pequeño se familiarice más con el flujo natural de la lectura. Mientras miran las imágenes y escuchan alegremente la historia, comenzarán a concentrarse en las palabras que están leyendo y se involucrarán más con el libro que tienen frente a ellos.
Releer libros también puede ser útil. Permite a los niños desarrollar una comprensión más profunda de las palabras en un texto, convertir palabras familiares en palabras «conocidas» que luego se incorporan a su vocabulario y formar una conexión con la historia.
Sin duda alguna, ¡recomendamos, de todo corazón, la re-lectura!
7) Juega a juegos de palabras
Fomentar la lectura en nuestros hijos no contempla únicamente la lectura de libros. Los juegos de palabras pueden ser una excelente manera de fomentar el desarrollo de estas habilidades sin tener que leer una historia completa de una sola vez.
Uno de nuestros juegos de lectura favoritos solo requiere de un pequeño bloc de notas Post-It y un calcetín enrollado. Para llevar a cabo esta actividad, escribe palabras reconocibles a la vista o palabras que tu hijo pueda pronunciar en notas Post-It separadas. Luego pega las notas en la pared con cinta adhesiva.
Luego, haz que tu hijo se sitúe delante de los Post-Its con la pelota del calcetín en sus manos. ¡Tú dices una de las palabras y tu hijo debe lanzar la pelota de calcetín a la nota Post-It que coincide con dicha palabra!
8) Lee usando materiales no convencionales
De la misma manera que los juegos de palabras pueden ayudar a tu hijo a aprender a leer, también puedes animar a tu hijo a leer sin usar libros.
Para aplicar este tipo de métodos, puedes hacer uso de materiales como la plastilina, la arcilla, la pintura o la arena sensorial para formar letras o palabras. Otra opción es llenar un bote grande con letras magnéticas.
Para los más principiantes, puedes hacer que saquen una letra del bote y traten de nombrar el sonido que hace. Para los más avanzados, comprueba que pueden nombrar una palabra que comience con esa letra, o coge un grupo de letras que se unan para formar una palabra completa.
A medida que tu hijo se vuelva más competente, puedes ir añadiendo más dificultad a estas actividades para hacerlas más complejas y, de esta forma, más motivantes para ellos.
La lectura lleva su tiempo y necesita práctica
En general, y queremos terminar con esta conclusión: no hay una respuesta única o un método infalible sobre cómo enseñar a un niño a leer. Lo que funciona para el hijo de tu vecina puede no funcionar para el tuyo, ¡y eso no supone ningún problema!
La paciencia, practicar un poco todos los días y enfatizar en las actividades que permiten que tu hijo disfrute de la lectura son las cosas que más recomendamos. ¡La lectura significa diversión, exploración y aprendizaje!
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